La actriz catalana debuta en el teatro con la obra Más allá del puente.
Es una de las protagonistas de la serie de éxito El Internado y en pocos años ha logrado consolidarse como una de las actrices españolas con más proyección, por juventud y por calidad artística. Marta Torné tiene 31 años pero es una auténtica todoterreno de los medios y del mundo del espectáculo. Empezó como recepcionista en una productora, aunque sus primeros trabajos fueron en la radio dando el tráfico. Su pasión por la producción la llevó a City TV donde empezó haciendo de reportera hasta que Jordi González la fichó para su Vitamina N. El programa se convirtió en tan sólo dos años en una referencia para la televisión catalana, especialmente por su innovador formato en el que Marta Torné tenía un papel destacado. Fue el primer salto a la fama, pero no el único. González se la llevó a Madrid para hacer TNT, lo que debía ser una prolongación del Vitamina N a nivel nacional pero que no acabó de funcionar. Marta se ponía en la piel de una reportera picarona y juguetona que coqueteaba con los invitados o, directamente, les hacía pasar un mal rato. Como ella misma reconoce, no fue su mejor papel.
Pero la vida siempre da giros inesperados y el suyo estaba por llegar. Tiene nombre y apellidos, Luis San Narciso, el director de casting que le dio la oportunidad de darse a conocer como actriz en la serie El Internado, de gran audiencia en nuestro país. A falta de una temporada para que termine la serie, Marta Torné ha debutado ahora en el teatro con la obra Más allá del puente, obra que se representa en el Teatro Borrás de Barcelona. Un reto más para una chica a la que le gusta lanzarse a la piscina, incluso sin saber si el agua que se encontrará estará demasiado fría. Como sus baños desnuda en la Laguna Negra.
No estábamos acostumbrados a verla haciendo teatro. ¿Cómo va el reto de seducir al público encima de un escenario?
Bien, para mí era toda una aventura. Acabo de empezar y creo que durante los próximos días podré disfrutar realmente del teatro. Hasta ahora han predominado mucho los ensayos, tener que estudiar mucho y la verdad es que ha sido un poco duro. El día a día será lo que me hará disfrutar un poco más.
-Cuando le hacíamos el video nos comentaba que era usted una mujer valiente, que le gustaba tirarse a la piscina. ¿Hacer teatro significa para Marta Torné tirarse a la piscina o es un género que ya tenía controlado?
Es cierto que en teatro tienes al público delante y ves sus caras, y eso es algo que impresiona mucho. Para mí, y contestando a tu pregunta, hacer esta obra significa tirarse a la piscina y haciendo la bomba, porque es una función donde solo hay dos protagonistas, y donde durante la mitad de la obra sólo hay monólogos. Te digo la verdad, si hubiera podido elegir, hubiera elegido una obra más coral, con mucha más gente, y no con este formato donde mi papel tiene más peso. Al final, esta presión se nota, es evidente, y sobre todo cuando eres un poco una intrusa dentro del mundo del teatro.
-¿Siente más presión por el hecho de ser una cara conocida que viene de la televisión?
Sí, pero es algo inevitable, y pienso que es normal que haya gente que en lugar de venirme a ver, pues me vigile y diga, a ver qué va a hacer esta. Forma parte de mis circunstancias, que son las que son, vengo de la televisión y no del Instituto del Teatro, así que tengo que asumirlo, respirar hondo y tirar para adelante (Sonríe).
-¿Sus sensaciones tras las primeras semanas son buenas?
Las sensaciones son buenas y me ha sorprendido mucho la reacción de la gente, que parece que le gusta mucho. Es cierto que cuando leí la obra por primera vez pensé, qué chula, y luego vas ensayando y la vas machacando tanto que al final no sabes si acabará funcionando porque pierdes un poco la perspectiva. Ahora que ya la hemos estrenado parece que la crítica es muy favorable, así que estoy muy contenta.
-Hablan de las relaciones humanas, un tema muy trillado en el género…
Sí, es cierto que es un tema muy típico que se ha tratado bastante, y no sólo en teatro, también en cine, televisión o en la música. Especialmente, las fases por las que pasas en el amor, que vas del enamoramiento y la pasión, a la rutina y a las cosas que chirrían. Es como el tema eterno.
-¿Todas las relaciones acaban pasando por estas fases que usted me comenta y por la que también atraviesan los personajes de la obra?
Sí, es inevitable, al principio todo es a cámara lenta y luego vas descubriendo cosas que no te esperas. También es cierto que hay caracteres y personalidades más compatibles que otras, y eso la gente que ha tenido más de una relación lo sabe muy bien. Creo que es un punto chulo de la función, cuando ves que las parejas que vienen a ver la obra se hacen una miradita o se dan un golpecito en algún momento de la escena porque se sienten identificados con lo que les pasa a los personajes.
-¿Usted también se identifica con su personaje?
Sí, siempre hay un punto de partida que eres tú, con tu energía y tus gestos y todo. La verdad es que este personaje se parece mucho a mí porque es una mujer muy frágil pero valiente por fuera, y con muchos cambios de humor, incluso durante el mismo día.
-¿Así se define Marta Torné?
Sí, si hablo del tema emocional sí, pero creo que es algo que de alguna manera u otra, todos hacemos. La parte emocional es la más delicada y siempre tendimos a proteger más nuestros sentimientos con determinadas actitudes, como ponerse a la defensiva o aparentar que tenemos una seguridad que a lo mejor no tenemos. Pero es curioso porque hablándolo con mi familia o con amigos que me conocen, hay quien dice que no ve nada mío en el personaje y otros me comentan que tiro mucho de mí para elaborar el papel. Así que ya no sé que decirte (Sonríe).
-Usted empezó en el mundo audiovisual haciendo producción y publicidad, aunque creo que no tenía el protagonismo que tiene en la obra...
No, empecé como recepcionista y luego hice mis pinitos en el mundo de la producción. También hice comunicación audiovisual y entré a hacer periodismo justo en el momento en que me cogieron en City TV para hacer de reportera. Recuerdo que hacía dos piezas al día, y las tenía que editar, locutar y montar yo sola. ¡Nunca había currado tanto!
-¿Qué ha significado la persona de Jordi González para su carrera profesional? Si no hubiera sido por él, ¿cree que usted estaría ahora hablando conmigo antes de empezar una obra de teatro?
Gracias a él estoy aquí contigo, pero no sólo por él. De hecho, si no hubiera entrado a la productora de publicidad como telefonista, no se hubiera desencadenado todo esto. A lo mejor hubiera hecho radio los fines de semana y como hobby. También recuerdo que mi madre me llamó para decirme que estaban haciendo un casting para City TV en la Illa. Y le contesté, ¿pero qué dices? Empecé a hacer un programa de tarde en City y Jordi me cogió para las noches con el Vitamina N. Creo que este programa fue clave en mi carrera, estuvimos dos años o así y tuvo mucho, mucho éxito.
-Hay mucha gente que todavía lo recuerda...
Sí, yo lo echo mucho de menos, era un programa rompedor.
-¿Qué es lo que más ha aprendido de su colega de profesión?
Es que Jordi es muy, muy bueno. Tiene cosas buenas y malas, como todos. Te puedo decir que es muy exigente y que cuando quiere, puede ser muy duro. Yo he llorado más de una vez, quizás porque soy muy blandita y lloro enseguida (Sonríe). No, pero él da mucha caña, pero flipaba con su actitud en el directo, que es algo que no le veo con el programa que hace a nivel nacional.
-¿No le ve bien ubicado en un programa como La Noria?
Sí, pero quizás le veo mejor en programas de autor, y pienso que se le nota cuando le interesan más unos temas que otros, al menos yo se lo noto.
-Él confiaba mucho en usted. Cuando le dieron el programa de TNT en Telecinco usted era una de las colaboradoras destacadas...
Sí, la intención era la de hacer un estilo de programa tipo Vitamina N pero en Madrid, aunque debo reconocer que fracasamos estrepitosamente porque nos vimos haciendo un programa que no tenía nada que ver.
-Y usted haciendo de chica mala, para decírselo suave. ¿Se encontraba a gusto con el papel de loba de plató?
No, no me sentía cómoda haciendo el papel de chica mala. No es que no me gustara, en ese momento, hacer lo que hacía y en Telecinco, era muy importante, era lo más. Y es cierto que me tocaba un poco el papel de chica picantota que tenía que poner a prueba al invitado, en fin, fue una etapa más.
-Una etapa más que le ha servido para etiquetarla como una de las mujeres más sexys del mundo. ¿Usted cree que es una mujer sexy?
No, creo que soy muy mona, pero maquillada. Lo de las revistas que te ponen como una de las mujeres más deseadas es mentira. Lo que pasa es que cuando empecé en Madrid me hicieron unas fotos sensuales, y ya no he querido hacerme más fotos así para revistas de estas. Sinceramente, no ligo más por salir en la lista de las mujeres más sexys.
-No cree en listas, me queda claro. ¿Y en cifras de audiencia? Porque El Internado se sale y usted es una de las protagonistas de la serie de Antena 3...
El Internado me ha abierto un camino que nunca hubiera imaginado, que es el de actriz. Recuerdo que cuando me lo propusieron me entró de golpe una crisis existencial enorme. Luis San Narciso me había venido a buscar, que es el director de casting de Almodóvar o Amenábar o de muchas series de Globomedia. Antes de conocerlo, tenía un novio que era actor, y ellos mismos le llamaban el Dios. El tío que si te coge te hace de oro.
-¿Por qué la cogieron para interpretar el papel de María?
No lo sé, te lo prometo. Él lo dice en las entrevistas, que tuvo que luchar para que Antena 3 aceptara que yo hiciese el papel, incluso también con Globomedia. Fue una lucha personal que yo todavía no entiendo. Además, él siempre dice que no hace castings a la gente que no es actor o actriz. Yo lo conocí en una fiesta en casa de un amigo mío, allí me conoció y me preguntó si era actriz. Él se relajó mucho y yo también, porque no había la tensión de ningún casting. Unos días después me llamó para decirme que le había llegado el guión para hacer una superproducción española. Y como era un papel con bastante protagonismo me hizo una prueba. Era una época en la que yo estaba desesperada, no tenía curro y acepté.
-Pasó la prueba y de golpe se vio inmersa en una de las series españolas de más éxito. ¿Cuál cree que ha sido el secreto de El Internado? Y no me refiero al argumento...
La suerte, de forma indiscutible, y sobre todo ha tirado mucho entre los adolescentes los actores jóvenes. El casting de los adolescentes fue brutal, todos ellos tienen una calidad interpretativa brutal y además son muy guapos. Al mezclar esta fórmula con actores consagrados como Amparo Baró o Natalia Millán le ha dado el impulso definitivo...
-¿Ya saben cómo van acabar la serie? Cada temporada la complican un poco más...
Sí, sí, pero se acaba ya, le queda una temporada. Pienso que no esperaban este resultado y que han estirado un poco el chicle, algo que es normal, porque sólo para amortizar los decorados necesitábamos dos temporadas. Así que queda una temporada, y yo me alegro, y mira que me quedo sin curro (Sonríe).
-¿Se alegra?
Sí, porque pienso que estábamos al límite de quemar la serie y es el momento de acabarla.
-Y usted orgullosa de haber formado parte de ella...
Más que orgullosa, encantada y feliz de haberla hecho, y sé que me dará muchísima pena cuando se acabe, porque han sido cuatro años trabajando con un equipo humano, muchas horas, de día y de noche, y para mí ya son como una familia todos ellos.
sábado, 12 de junio de 2010
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