No es John Wayne ni tampoco Clint Eastwood, pero quién sabe si en un futuro Maxi Iglesias será capaz de emularlos. De momento, el acercamiento a EE.UU. ya lo ha hecho, aunque sólo por unos días y para promocionar la Wrestlemania, un espectáculo sin precedentes.
Antes, posó junto a una carreta del Viejo Oeste en el Arizona Science Museum.
El escenario escogido fue Phoenix, en Arizona, y Supertele tuvo la oportunidad de acompañarlo. En el corazón del desierto de Sonora y con las montañas White Tank al fondo, el joven actor nos contó sus primeras impresiones.
“Me hace muchísima ilusión venir hasta aquí. Me encanta el show que montan los estadounidenses y está siendo una experiencia única. De todos modos, aunque la ciudad está bien, como en España no se vive en ningún sitio”.
Inmerso en la grabación de la quinta temporada de Física o Química, el viaje le ha servido también para desconectar de las agotadoras jornadas de trabajo.
“Es durillo, pero estamos encantados”. Eso sí, de las nuevas tramas se resiste a revelar detalles: “Sólo puedo adelantar que la serie sufrirá infinidad de cambios. Uno de los más significativos es que habrá una clase nueva”.
En cuanto a Cabano, reconoce que seguirá igual de enamoradizo: “César se entrega al máximo cuando quiere a una chica y, en ese sentido, continuará igual".
"Además, ahora es bastante mejor persona tras el cáncer que superó. Pasó tanto miedo que eso le hizo replantearse su forma de ser y comportarse con los demás”.
Una enfermedad que le ha tocado de lleno en su vida personal: “Mi padre murió de cáncer, por eso quisimos tratar el tema con extrema delicadeza, para no herir sensibilidades”.
La que sí ha podido estar junto a él durante esta aventura ha sido su madre. Con ella acudió a su primer acto en Phoenix.
“El cine es mi pasión. Me encantaría trabajar aquí y protagonizar algún día un thriller”, confiesa.
Mientras le llega la oportunidad, en España está a punto de estrenar el filme El diario de Carlota, una comedia romántica del debutante José Manuel Carrasco, en la que trabaja junto David Castillo, de Aída.
Hacer teatro es su otra ambición: “Es el medio natural para cualquier actor y, cuando esté preparado, probaré”.
Al lado de un cartel gigante de Steve Nash, la estrella de los Phoenix Suns de baloncesto.
Después, se marcharon al Arizona Science Museum, una especie de parque recreativo donde Maxi posó como una estrella de Hollywood.
Durante el fin de semana que pasó en Phoenix, Maxi Iglesias disfrutó del estilo de vida genuinamente americano. No faltaron las hamburguesas, la música country y todos los topicazos que se asocian a este país.
Pero, sin duda, uno de los mejores momentos lo vivió en el Fan Axxess, una feria para los fanáticos de este espectáculo, donde pudo fotografiarse con sus ídolos del cuadrilátero y pedirles autógrafos. “Normalmente soy yo quien los firma”, bromeó. Allí, se tatuó el nombre de Alvin Burke MVP, el luchador al que apadrina como embajador de la Wrestlemanía. Y también dejó que le dibujaran en el brazo un corazón roto. ¿Tendrá mal de amores? Si es así, seguro que no le faltan candidatas para consolarle.
“Acostumbrado a verlos por la televisión, es una pasada disfrutarlos en directo. Lo mejor de todo es que no hay ni sangre ni moratones. Merece la pena asistir sólo por ver el espectáculo que montan”.
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